Muchos temas médicos generan angustia e incertidumbre, entonces “es mejor no hablarlos”. El asma infantil es un caso, se lo asocia habitualmente con discapacidad y a no poder llevar adelante una vida normal.
Afortunadamente, nada de esto es cierto, los avances en la medicina han sido tan vertiginosos y efectivos que, a través de los nuevos tratamientos se logra mejorar claramente la calidad de vida de quienes sufren esta enfermedad, tan frecuente en los chicos.  Veamos cuales son los aspectos más relevantes.

“DE CHICA, YO TUVE LO MISMO…”
Se dice que un chico es asmático cuando presenta episodios repetidos de broncoespasmo, sus bronquios se inflaman y por ende se obstruyen generando el típico “silbido o chiflido” en el pecho, mucha tos y dificultad para respirar.  Por lo general, el primer episodio ocurre en los primeros meses de vida, se lo define como “bronquiolitis” y se supone como único y ocasional.
Con el tiempo si estos cuadros se repiten, ya se sospecha sobre la existencia de un factor común que predispone a esta situación y que suele ser la alergia, que es hereditaria. Siempre existe el antecedente de un familiar directo (mamá y /o papá) que tuvieron (tal vez no lo saben) o tienen síntomas parecidos a los del chico y esta predisposición casi siempre se transmite.
Luego los cuadros se desencadenan por diferentes factores, los más habituales: cambios climáticos bruscos, infecciones virales, la actividad física y las situaciones de conflicto emocional.

“¡SI NO LE ATACA, ESTÁ PERFECTO!”
Lo cierto es que la mayoría de los chicos tiene lo que se denomina “asma episódico”, es decir que en tanto no tengan crisis de espasmo bronquial llevan una vida completamente normal, que  es “ocasionalmente interrumpida” por cuadros agudos.
En estos casos los chicos pueden crecer en forma adecuada, sin diferenciarse de otros chicos, aprendiendo a manejar los episodios de la mejor manera posible, para luego retornar a su rutina.
Muy pocos chicos presenta asma crónico, acá los síntomas están presentes siempre y pueden acompañarlo hasta la adolescencia o la adultez.  En estos casos el control y seguimiento recae sobre el especialista, hay más recaudos a considerar acerca del cuidado del chico y sobre la familia.

“LA MEDICACIÓN DIO EN LA TECLA”
En la actualidad existen muchísimas alternativas de tratamiento, siempre el objetivo es  lograr controlar la enfermedad: disminuir la cantidad y la intensidad de los episodios y  permitir que el chico lleve una vida lo más normal posible. A nuestro criterio esto es lo esencial.
No generar expectativas de curación con el tratamiento. La curación ocurre en casi todos los chicos, pero se produce en forma natural con el crecimiento.
La medicina tradicional ofrece tratamientos preventivos en base a aerosoles (“puff”), “polvitos” y jarabes, que deben administrarse en forma continua durante muchos meses para “frenar” esta “carga alérgica” y permitir que los episodios se atenuen o desaparezcan.
Existen también otras opciones, como la inmunoterapia (Alergista),
la homeopatía, la psicoterapia, y en algunos casos, la combinación de varias alternativas.

“PRIMERO, CONSULTALE AL PEDIATRA”
Para finalizar, daremos algunos consejos acerca del tema:
– Ante la recurrencia de cuadros de broncoobstrucción, consultar inicialmente al Pediatra, él es quien conoce al chico y puede indicar la mejor solución en cada caso.
-El médico de cabecera coordinara las estrategias diagnósticas y terapéuticas para lograr mejorar la calidad de vida del chico y su familia.
Son varias las alternativas terapéuticas abordadas por diferentes especialistas: Neumonólogo, Alergista, Homeópata, Psicólogos.

Creemos que es el perderle el miedo (definitivamente) a esta enfermedad, y transmitírselo al chico.  Con tratamiento adecuado los chicos llevan una vida normal, rara vez deben internarse,  y la inmensa mayoría se cura espontáneamente con el desarrollo.

Asma
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