Hablar de temas quirúrgicos, da como “un poco de cosita”; más si se trata de chicos. Lo cierto es que, de vez en cuando, se presenta la situación en la que algún chico deba realizar una “vista al quirófano”. Con el objeto de aclarar dudas y disipar temores, veremos cuáles son las cirugías que más frecuentemente deben afrontar los chicos y los aspectos más relevantes acerca del tema.
“SE VA A OPERAR EN QUINCE DÍAS”
Al analizar los tipos de cirugías, vemos que hay dos clases de situaciones completamente diferentes: las que son programadas y las que se realizan de urgencia. Las planificadas incluyen a los casos, en los que a partir del diagnóstico, se resuelve en forma ordenada y sin necesidad de “corridas”, llegando el chico a la intervención en las mejores condiciones (sin mocos ni toses y con cierto grado de preparación psicológica) para afrontar la cuestión. El ejemplo clásico lo constituye la operación de Hernia Inguinal. Son urgentes, aquellas cirugías que de no realizarse en la inmediatez, pueden comprometer seriamente la salud del chico, por la aparición de complicaciones potencialmente graves, como en el caso de una apendicitis, que operada a destiempo puede derivar en una peritonitis.
“ES UNA HERNIA, NOMÁS”
Situación común en pediatría, la hernia inguinal se manifiesta cuando por debilidad de los músculos de la zona abdóminopelviana aparece un bulto que “va y viene” en la zona.
En los varoncitos, puede verse en ocasiones, “hinchazón en el testículo”, motivado por el desplazamiento de alguna porción de intestino a través del orificio herniario (que,¡ojo!, nunca es el testículo en sí mismo).
Hipócrates, uno de los grandes médicos de la antigüedad, dijo una célebre frase:“hernia diagnosticada…hernia operada” lo que significa que las hernias no se curan sino es con la cirugía.
Es aconsejable programarla a corto plazo, para evitar operarlas de urgencia en los casos en que se “estrangulan”, es decir que no pueden “reducirse” quedando el intestino atrapado en un lugar que no le corresponde.
“CREEN QUE ES UNA APENDICITIS”
El apéndice es una “colita” que cuelga de la primera porción del intestino grueso, carece de función alguna, pero que al inflamarse, por la obstrucción de materia fecal endurecida, da lugar a un proceso que progresivamente puede ir empeorando y que va desde la irritación leve (apendicitis habitual) hasta la eventual “explosión” del apéndice, con la tan temida (y por suerte, poco frecuente) peritonitis.
Ocurre más comúnmente entre los 6 y los 15 años y los síntomas clásicos incluyen dolor de “panza” ( al principio es en la zona estomacal y luego se “corre” al costado derecho), vómitos y fiebre (poca).
Los glóbulos blancos aumentados en sangre y la radiografía y ecografía abdominal ayudan a confirmar el diagnóstico, pero sabemos que la decisión de explorar quirúrgicamente a un chico con probable apendicitis la toma el cirujano infantil, en base a su experiencia y a su “mejor entender y proceder”.
“ME DA PÁNICO LA ANESTESIA”
Afortunadamente los accidentes anestésicos en pediatría son casi inexistentes, sobre todo cuando la cirugía es programada. Se debe a que en su gran mayoría, los chicos son “personitas muy sanas” que pueden afrontar una anestesia general sin mayores problemas. Por otro lado los anestesistas infantiles, suelen ser profesionales muy responsables, que son concientes de la tarea que tienen a su cargo.
En los casos de las cirugías de urgencia, el riesgo puede llegar a existir debido a la situación generada por la enfermedad (ej. apendicitis) y no por la anestesia en sí misma. Así todo, la experiencia cotidiana nos indica que la anestesia no representa un problema a considerar, y que las intervenciones se superan sin problemas
“¿LO TENGO QUE LLEVAR ANTES A UN PSICOLOGO?”
Para finalizar, ahí van algunas consideraciones de importancia, acerca de este tema:
– Es importante realizar una consulta con un psicólogo/a especializado para preparar al chico y a los padres para el evento que se avecina (psicoprofilaxis quirúrgica)
– Tal como ya dijimos, la anestesia general administrada a los chicos suele ser muy segura Y no debe representar riesgos.
– La recuperación post-quirúrgica (“reacción al despertar”) en los chicos, suele ser “mágica” es decir que responden de una manera sorprendente, reponiéndose rápidamente como “si nada hubiera pasado”.