Las vacunas son la principal medida de prevención contra muchas enfermedades infectocontagiosas. Protegen a quienes las reciben y nos benefician a todos. Las vacunas existen entre nosotros desde hace muchos años y se administran en todo el mundo. Es por eso que alrededor de ellas se constituyeron en el imaginario popular una serie de mitos negativos que aquí vamos a desmentir.
MITO 1: Las vacunas tienen efectos secundarios perjudiciales.
Las vacunas son seguras y si aparecen reacciones, éstas son leves y temporales. Un brazo levemente dolorido o hinchado, febrícula (fiebre leve), y algún malestar en el cuerpo son efectos esperables -aunque no siempre ocurren- en las horas posteriores a la vacunación. Sin embargo, es un riesgo más que aceptable considerando las consecuencias que las diferentes enfermedades pueden hacernos padecer.
MITO 2: Donde hay higiene no hay enfermedades
Si bien la correcta higiene como hábito es una medida de prevención recomendada, hay muchas enfermedades infecciosas que pueden transmitirse libremente aún dentro de un ambiente que luzca limpio. Además de cualquier medida que tomemos sobre higiene, la vacunación debe realizarse de acuerdo a las recomendaciones oficiales. Recordemos que las enfermedades por las que hoy en día nos vacunamos volverían a tener protagonismo si dejáramos de aplicarnos las vacunas; independientemente de las medidas de higiene que mantengamos.
MITO 3: Las vacunas combinadas pueden provocar muerte súbita
No existe una relación directa causal entre la administración de ninguna vacuna y los casos de muerte súbita en lactantes. Lo que es importante enfatizar es que las vacunas protegen a los lactantes contra enfermedades que pueden ser muy graves e incluso fatales.
MITO 4: Si la enfermedad está erradicada no necesito vacunarme
En nuestro país pudimos erradicar enfermedades gracias a la aplicación de vacunas. En caso de dejar de protegernos contra ciertos agentes infecciosos, lo más probable es que estos regresen y nos volvamos a enfermar. Aunque ya no haya presencia de estos en el país, es importante vacunarnos ya que vivimos en un mundo interconectado globalizado, donde cualquier virus o bacteria puede encontrar una rápida vía para ingresar de nuevo en nuestro territorio. Mantener las enfermedades erradicadas es una responsabilidad de la sociedad en su conjunto; cuidándonos nosotros nos cuidamos entre todos.
MITO 5: Es inevitable contraer ciertas enfermedades en la vida
Teniendo hoy en día una herramienta de prevención tan efectiva y al alcance de todos como la vacunación, no protegernos contra las enfermedades nos deja innecesariamente vulnerables. Todas las enfermedades son capaces de acarrear consigo un conjunto de síntomas y cuadros indeseables que son evitables mediante la aplicación de las vacunas.
MITO 6: Las vacunas combinadas aumentan el riesgo de sufrir efectos secundarios.
Las vacunas combinadas han sido ampliamente estudiadas en todo el mundo y, justamente, la combinación de los elementos en ellas obedecen antes a criterios científicos. Las vacunas combinadas son tan seguras como las monovalentes, y presentan la ventaja de disminuir el número de consultas ambulatorias para completar los cronogramas y mejorar las coberturas de vacunación.
MITO 7: La gripe no es tan grave y la vacuna es poco eficaz
La gripe es una enfermedad altamente contagiosa que provoca todos los años miles de hospitalizaciones y muertes en nuestro país y en el mundo. Las embarazadas, los niños pequeños, los ancianos y las personas que padecen una enfermedad crónica son los más vulnerables a desarrollar cuadros de gripe graves e incluso fatales. La vacunación contra la gripe es necesaria para que entre todos cuidemos nuestra salud y la de nuestros seres queridos.
MITO 8: Es mejor inmunizarse con la enfermedad que con la vacuna
Las vacunas están diseñadas para estimular al sistema inmunológico y hacer que produzca anticuerpos y defensas para una determinada enfermedad. No exponen al cuerpo a esa enfermedad o si lo exponen, ésta no genera complicaciones ni riesgos. Por eso, la inmunización a través de la vacuna es mucho más segura que la inmunización natural del organismo expuesto a la enfermedad y a sus complicaciones.
MITO 9: Las vacunas causan autismo
No existen pruebas científicas que establezcan una relación entre las vacunas y los trastornos autistas. En 1998, se publicó un estudio que generó sospechas sobre la posibilidad de que las vacunas contra el sarampión, la parotiditis y la rubéola provocaran autismo. El estudio contenía graves irregularidades y la revista que lo publicó lo retiró y desmintió estos hallazgos. Lamentablemente, la divulgación del mismo generó temor injustificado hacia las vacunas y disminución en las tasas de inmunización, con subsiguientes epidemias.
MITO 10: Son sólo para los niños
Las vacunas garantizan protección a todos los que las reciben: niños y adultos. Así como los adultos hacemos cumplir a nuestros hijos con el calendario de vacunación, es fundamental que también cumplamos con los cronogramas de vacunación y refuerzos que nos corresponden. Se asocia a los niños con las vacunas porque las campañas enfatizan la aplicación en ellos, pero también los adultos nos beneficiamos con las mismas.
Las vacunas lograron cambiar la historia de la evolución del hombre, lograron erradicar enfermedades mortales y demostraron, sin lugar a dudas, que son una intervención en salud indiscutida, así como un derecho para cada persona del planeta. Por esta razón, vacunar es prevenir.
Revisemos ahora algunas otras ideas erróneas comúnmente compartidas:
- No es verdad que…
los chicos no pueden bañarse ni realizar cualquier actividad después de vacunarse.
Es verdad que…
pueden comer de todo y hacer vida normal. - No es verdad que…
las vacunas protegen a los chicos de enfermarse durante la niñez y después de adultos podrían tener la enfermedad en forma más severa.
Es verdad que…
casi todas las vacunas protegen de por vida. - No es verdad que…
tratándose de vacunas “es peor el remedio que la enfermedad”.
Es verdad que…
los efectos adversos son infrecuentes y el beneficio de aplicarlas siempre es mayor. - No es verdad que…
después de aplicarse algunas vacunas, haya que evitar ciertas comidas para no tener reacciones adversas como huevo y pollo.
Es verdad que…
No hay restricción alguna con las comidas después de vacunarse. - No es verdad que…
la aplicación simultánea de varias vacunas puede ser perjudicial para el chico.
Es verdad que…
las vacunas deben aplicarse todas juntas, aun siendo muchas, evitamos la pérdida de oportunidad de vacunarse y además siempre la respuesta de los anticuerpos es mayor. - No es verdad que…
la aplicación de una vacuna debe suspenderse en presencia de algunas enfermedades banales como resfríos, diarreas o gripes leves.
Es verdad que…
deben postergarse en casos de cuadros febriles agudos de cierta magnitud, como por ejemplo anginas, otitis, bronquitis.
(Fuente: Vacunar)