Entre las enfermedades más frecuentes de los chicos está la gastroententeritis, cuyos síntomas habituales son el vómito y la diarrea. La diarrea generalmente se presenta como un trastorno leve (3 a 4 deposiciones diarias) que se cura sin problemas. Sólo en muy pocos casos puede ser más importante, preocupando así tanto a los padres como al pediatra.
¿”ES O NO ES DIARREA”?
Si bien la definimos como al aumento de la frecuencia y/o la disminución de la consistencia de la materia fecal, en la mayoría de los casos es la mamá quien nos ayuda a diagnosticarla, porque además de tener los chicos cacas diferentes a lo habitual, suelen estar decaídos, inapetentes, con vómitos y fiebre.
Algunas diarreas son causadas por “atracones alimentarios”, pero lo más común es que sean ocasionadas por infecciones virales, el ROTAVIRUS es el más frecuente.
Afecta a niños pequeños de 6 meses a 3-4 años, es más común en verano y provoca cacas líquidas, “explosivas” y abundantes que irritan la cola. No tiene tratamiento, se cura solo, pero si contamos con una vacuna para prevenirla y evitar los trastornos serios que puede generar por deshidratación.
Entre las bacterias, la Escherichia Coli Enteropatógena, la SALMONELA, la Shiguela y el Campylobacter, ocasionalmente afectan a los chicos, más bien grandecitos. Provienen de alimentos de origen animal: pescado, huevo, pollo, jamón y dan fiebre alta, muchos vómitos y diarrea “imparable” con moco y sangre. En estos casos los antibióticos aceleran la curación.
“SE VA A DESHIDRATAR”
Situación infrecuente, pero posible. La deshidratación ocurre cuando hay muchísimas deposiciones, preferentemente acuosas y abundantes, entonces “sale más de lo que entra”, por lo que el organismos del chico entra en estado de “ahorro”, orina poco y llora sin lágrimas , se siente muy débil, decaído y duerme casi todo el tiempo. Además tiene los ojitos hundidos con ojeras y da la impresión de estar muy enfermo, es urgente consultar al pediatra para definir una estrategia inmediata.
“¿HAY QUE DARLE MUCHO LÍQUIDO? ”
Recomendamos tener en cuenta las posibles estrategias a seguir:
• HIDRATACIÓN. Es muy importante reponer el agua que se pierde con todo tipo de líquidos, preferentemente los que son ricos en sales y minerales, incluso las “sales de hidratación” que se preparan para los casos más importantes y aportan altas concentraciones de sodio, potasio y bicarbonato.
• DIETA. Consiste en excluir los alimentos que el intestino no absorbe, y
empeoran la situación, como la leche pura, el yogurth, los postrecitos lácteos, verduras de hoja /cítricos, galletitas dulces y las golosinas. Ofrecerles leche común rebajada al 50% con agua mineral o de arroz, o idealmente leche deslactosada (especial para diarreas) y de las comidas dar pollo, vitina, arroz, gelatina, fideos, manzana.
• HIGIENE. Es útil “exagerar” el lavado de manos, tanto del chico, como de las personas que están en contacto con él, para evitar el contagio familiar.
• COPROCULTIVO. Es aconsejable, no indispensable, realizar el examen directo (está en el día) y el cultivo (24 horas) de la materia fecal, para detectar bacterias y el test rápido (2 hs) para detectar al rotavirus.
• REMEDIOS. Sólo ocasionalmente, cuando las deposiciones son muy frecuentes y acuosas, pueden ser útiles los antidiarreicos. Ante la sospecha de un cuadro bacteriano, indicamos antibióticos para combatir la infección.