Miedos de la nueva mamá – Pediatría Palermo

Mother in hospital bed holding newborn baby girl

Miedo a no estar preparada para la demanda física y emocional que requiere un bebé.

Podemos partir de la simpática idea que “la maternidad es la única carrera en que primero se otorga el título y luego se cursan las materias “

Con esto quiero decir que es ilusorio suponer que desde el momento de ser padres se puede estar lo suficientemente preparada para comenzar la carrera de la maternidad.
Responder a la demanda que conlleva la maternidad requiere de un entrenamiento que se va haciendo día a día.
Luego de pasar por el parto, afrontar el cuidado del bebé requiere una adaptación, que por lo general demanda un esfuerzo físico y emocional en la mujer.
Si bien el nacimiento de un hijo es algo maravillo, que despierta emociones que hasta ese momento eran inexistentes en nosotras; es ingenuo pensar que la mama estará lista, preparada física y emocionalmente para todo lo que va a afrontar a pesar del cansancio, del estrés por el desconocimiento de un sin fín de cosas, agobiada por la reciente activación del volcán hormonal, con la angustia que suele provocar la demanda constante del recién nacido…
Aceptar que es todo un desafío, será un muy buen comienzo.

Después de aceptar que todas estas vivencias son naturales y normales, lo deseable es pedir ayuda si aún no lo han hecho. Esto no debiera hacer mas débiles a las madres, al contrario, es mostrarse como una mamá real y sincera consigo misma.

Algunas sugerencias:

– Pedir ayuda a tiempo, no esperar a sentirse desbordada.
– Tener en cuenta que una situación predispone a la siguiente, con lo cual: si aparece una dificultad o problema, «lo encaro de la mejor manera posible y no dejo que agrande o agrave la situación».
– El descanso es todo un tema. La demanda física requiere del descanso de la mamá. Sabemos que no es sencillo, pero tampoco imposible. Dormir en cuanto se pueda, en lapsos cortos en paralelo al descanso del bebé.
Pretender dormir como lo hacían antes es una ilusión muy frustrante.
– Puede sonar utópico, pero que la mujer pueda hacerse un tiempo para ella (aunque sea breve) es fundamental y realmente se lo merece. Confiar en alguien del entorno familiar, cercano, en quien pueda delegar por un rato el cuidado del bebé y hacer algo que la gratifique y la conecte con algún otro aspecto que no sea específicamente con lo maternal, es renovador y llena de energía para tomar nuevamente a su hijo en brazos y continuar maternando.
– Si fuera necesario acudir a una consulta con un profesional, ya sea psicólogo, puericultora u otro agente de la salud; sería una forma de reorientar la situación y seguramente así podría retomar la carrera con mayor energía y claridad en algunos aspectos.

Puericultora Clara Stigol.

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